Con el paso del tiempo, la pérdida – ganancia de peso, o los procesos de embarazo y lactancia, provocan que las mamas de la mujer sufran importantes cambios en su forma, tamaño o posición. Estas modificaciones suelen ser sutiles y bien toleradas por las pacientes, pero en ocasiones provocan importantes trastornos de la autoestima: incomodidad en el vestuario, en la intimidad y se transforman en un problema que constituye uno de los motivos más frecuentes de consulta en mi práctica.
Es frecuente que las pacientes pregunten por el uso de implantes como la solución para estas modificaciones, y por lo tanto me parece importante aclarar algunos puntos.
La definición de la caída de la mama está dada por la relación que existe entre la posición del pezón y el surco inframamario, siendo la posición normal del pezón aproximadamente 5 cms por sobre el surco.
Dependiendo de la magnitud de la caída y de las características de la mama, la corrección se realiza con diferentes técnicas de mastopexia o levantamiento. En casos donde la paciente está conforme con el tamaño de sus mamas, el levantamiento se puede realizar utilizando su mismo tejido y elevar la posición del pezón y areola. En casos en que existe una atrofia importante del tejido mamario, se suele recurrir al uso de implantes para recuperar el volumen perdido y corregir la caída del complejo areola pezón
Es importante entender que un implante siempre aumentará el volumen de la mama, pero solo en casos seleccionados de caída leve y con una técnica bien elegida, se puede realizar un mínimo levantamiento. Por lo tanto un aumento mamario no es, necesariamente, el tratamiento para una mama caída.